domingo, 8 de abril de 2012

BELLA DURMIENTE

     Fue una larga noche de diciembre, el único que no he pasado a su lado, el que más la pensé y en el que, al ver esta foto, espero que hubiese estado soñando con migo y con un fuerte abrazo de fin de año.

    Fue en realidad muy largo, yo en la casa grande de mi abuela materna, aburrido en medio de adultos y de charlas que no entendía con mucha precisión. Tenía diez años y esperaba a que fuera la hora de abrir los regalos, quería subir mi ánimo. Imaginaba lo que ella podría estar haciendo en casa de mi abuela paterna, donde el juego y el descontrol son más prominentes, donde el jolgorio y la algarabía consume la atención y el espíritu de todos, de repente todos son permisivos. La imaginaba con sus amiguitos jugando y sientiéndose más grande porque su hermano no estaba ya para vigilarla. Imaginaba también, en mi "inocencia", que ella estaría llevándose toda la atención, que podría estar robándome el cariño de mis tías y de mis padres, me sentí mal por las veces que la hice enojar e imaginaba que, ya que yo no estaba, ella estaría contando lo malo que soy y de esa forma yo no tendría regalos, en fin, imaginé muchas cosas, pero todas con el fin de estar cerca a mi única hermana.

   Lo que no pensé fue que ella hubiese estado durmiendo desde temprano, según lo que mamá me dice. Pasó la noche soñando y espero que hubiese recibido, en sus sueños, el cariño que le quería expresar aquella noche.