martes, 12 de abril de 2016

JORGE GAITÁN DURÁN: VIVIR TODO LO QUE HUMANO ES

 JORGE GAITÁN DURÁN





Colombia se teñía de violencia, los liberales y conservadores eran los grandes protagonistas, y la realidad que vivía  el país se encontraba asediada  por una batalla política que en los años siguientes desencadenaría hechos sociales y económicos que afectarían al país en plenos inicios del siglo XX, como lo afirmó Pedro Gómez Valderrama[1]. Mientras tanto en la ciudad de Pamplona del departamento de Norte de Santander, el 12 de febrero de 1924 nació un ser que luego se convertiría en magnífico intelectual, crítico, ensayista y reconocido poeta: Jorge Gaitán Durán. Gracias a que procedía de una familia pudiente, el acceso a la educación de calidad le brindó las bases para empezar a formarse como un gran erudito; desde sus veinte años surgieron en él sus capacidades como escritor como lo demuestra en las publicaciones que hacía sobre cine y pintura en el periódico “el tiempo”. Sus padres fueron Emilio Gaitán, un reconocido ingeniero civil y Delina Durán que era la hija del general  liberal Justo L. Durán, lo que explica las inclinaciones desde joven por el liberalismo. Tuvo tres hermanos pero dos de ellos, Hernando y Jaime, fallecieron a temprana edad, y el menor, Eduardo, nació en Cúcuta. La vida de Jorge transcurrió entre Cúcuta y Pamplona durante sus primeros diecisiete años de vida. En el año de 1930 la familia del poeta se vio afectada por una crisis económica de la cual salieron bien librados gracias a la audacia de su padre en los negocios. En 1934 inició las lecturas de los novelistas Joseph Conrad y David Copperfield, lo que demuestra que a sus escasos quince años ya se empezaron a ver sus inclinaciones por la literatura.  El año de 1939 fue una época bastante difícil para el país porque “todo estuvo saturado por la segunda guerra mundial; en cierta forma, y a pesar de que los países latinoamericanos no participaron en ella, nos afectó  no solo económicamente sino también desde el punto de vista de la privación de la libertad. Medio mundo se encontraba cerrado para las aspiraciones de los jóvenes”[2].

Jorge Gaitán cursó sus primeros años de estudio en la ciudad de Cúcuta y en la juventud realizó parte del bachillerato en el Colegio San José de Cúcuta y lo finalizó en el Colegio Provincial de San José. Durante estos años se destacó como  jugador de baloncesto y se empezaron a manifestar sus inquietudes en la literatura. Ingresó a la facultad de Ingeniería civil en la Universidad Nacional en el año de 1940, pero sólo duró un año, ya que decidió cambiar de profesión e ingresar a la Universidad Javeriana para estudiar Derecho. Este periodo de su vida es importante porque su interés por la poesía se hizo visible cuando empezó a formar parte del grupo de Los Cuadernícolas; “una serie de poetas posteriores a piedra y cielo, revelando una forma coloquial y crítica de apreciar la sensibilidad de un país sumergido en distintas cambios políticos y sociales […]”[3], bases que le sirvieron para el gran proyecto que fue su vida, allí se reunieron poetas de su generación como: Fernando  Charry Lara, Fernando Arbeláez, Guillermo Gayán y Álvaro Mutis.

La primera publicación que hizo fue en el año de 1946 del libro de poesía llamado Insistencia en la tristeza  y el segundo Presencia del hombre en 1947. Para ese entonces él ya mantenía una buena relación de amistad con Hernando Téllez y Eduardo Carranza y en este mismo año dio fin a sus estudios de Derecho.

Gaitán Durán se destacó por tener un carácter revolucionario, lo demostró en la toma que hizo junto a Jorge Zalamea en la Radiodifusora nacional, ya que pertenecía a un movimiento juvenil que apoyaba la candidatura de Jorge Eliécer Gaitán, y en busca de una forma de rechazo por el asesinato del caudillo el 9 de abril de 1948, estos dos poetas “[…] han sido las únicas voces ariscas, indomeñadas e infatigables que han lanzado a todos los vientos no solamente la protesta contra las contradicciones que abruman a su patria, sino el testimonio lúcido, infatigable y sin compromisos de cómo esas condiciones asfixian toda posible voz inconforme […]”[4]. Y como dice Gómez Valderrama[5] este acontecimiento le trajo grandes consecuencias a Jorge Gaitán, empezó a ser perseguido por la policía y tuvo que viajar clandestinamente a Cúcuta para esconderse en la casa de sus padres bajo la protección de amigos influyentes de la familia. Hasta 1949 pudo regresar a Bogotá y fue allí donde escribió el tercer libro de poesía llamada “Asombro”.

El año de 1950 fue bastante importante y decisivo en la vida de Jorge Gaitán Durán, de Cúcuta viajó a Caracas. En este lapso según Pedro Valderrama[6] Gaitán Durán decidió dedicarse de lleno a la literatura y apartarse del ambiente de violencia que acechaba a Colombia. La ayuda económica que recibió de sus padres fue primordial para lograr la realización de tantos viajes, uno de ellos, por ejemplo, el que hizo hacia Francia en el buque “Isigny” y en el que  inició abordo su “Diario”, una de sus obras más importantes y significativas, que comprende los años de 1950-1953 y 1959-1960[7]. En sus páginas puede encontrarse de forma detallada todo lo que vivió y conoció en el amplio viaje que hizo por Europa y Asia. En el año de 1950 se radicó en París, hizo varios cursos de cine y crítica cinematográfica y al año siguiente contrajo matrimonio con Dina Moscovici quien es llamada Hannah en el “Diario” y con quien tiene una hija llamada Paula, en este mismo año publicó Asombro desde  la ciudad de las luces.

Durante esos cuatro años de viaje (1950-1954), Gaitán se deleitó apreciando las diferentes obras de arte en las exposiciones a las que asistía, y es en el Diario donde plasma su fascinación por el mundo de la pintura, una muestra es la siguiente descripción:·En cierta  pasión hacia la literatura y la alegría de vivir a plenitud, de hacer lo que realmente deseaba, 2 En el tercer año de viaje, 1953, viajó a España donde se consolidó uno de los proyectos más significativos de su obra, allí, junto  a Eduardo Cote Lamus y Hernando Valencia logró darle forma a lo que sería la revista “Mito”. Tiempo después viajó a Brasil para visitar la familia de Dina y luego regresó a Colombia, se asocio a la Editorial Antanares y dedicó parte de su tiempo a dictar clases en la Universidad Nacional.

El día nueve de abril de 1955 apareció el primer número de “Mito”, una revista bimestral, cultural por excelencia, de la que el mismo Jorge trató de dar algunos adelantos de lo que significaría para la sociedad. Antes de la publicación escribió en el Diario lo siguiente:

No es falta de convicción lo que hiela al intelectual en la batalla; es su desdoblamiento: reflexiona sobre el acto en el mismo instante en que actúa. No logra confundirse con su lucha. Está en el infierno del sujeto. Cada cosa parece presunción de una problemática: cada hecho le exige una decisión, en la cual compromete todo lo que es. En su obra se manifiestan los prejuicios que forman imperceptiblemente el “orden cultural establecido”.

Esta apreciación es un claro indicio de lo que buscaba la revista, como promotora de crítica y cultura en una sociedad que se encontraba envuelta únicamente en la problemática de violencia que vivía el país, “Gaitán se esforzó por suscitar un espacio para la reflexión”[8]. Respecto a este tema Pedro Gómez Valderrama[9] comenta que en la difusión de su primer número, recibió una censura de $2.000 debido a la publicación del “Diálogo entre un cura y un moribundo” del Marqués de Sade, una de las influencias filosóficas de Gaitán Durán. Los principales temas de la revista giraron hacia dos ámbitos principales. El primero era literario, le dieron mayor relevancia a la poesía, y el segundo ensayístico con temas filosóficos y sociológicos principalmente. Otro aspecto importante por rescatar es la intención que tenían los intelectuales que manejaban la revista de incluir en ella traducciones y diferentes documentos que promulgaron el pensamiento moderno. A mediados de 1956 Jorge Gaitán Durán viajó a París, y dejó encargado  de la revista a un comité liderado por Pedro Gómez  Valderrama.

En el año de 1958 publicó Amantes, designado por Juan Manuel Roca[10] como el mejor de sus libros, por verse claramente la maduración de su obra,  en este mismo año se divorcia de su esposa y al año siguiente publicó en ediciones de la revista Tierra firme su libro político La revolución invisible, lo que prueba una vez más que Jorge Gaitán Durán fue un gran intelectual en su época, pues no sólo se destacó como poeta, sino que también supo plasmar como crítico y ensayista diversos temas de interés para la sociedad del momento y de cierta manera todos los conocimientos adquiridos en sus viajes se hicieron cada vez más evidentes.

En 1960 regresó a Bogotá y en una de las ediciones de mito publicó Sade, textos escogidos y precedidos por un ensayo, El libertino y la revolución, en 1961 Escribió la obra de “Los hampones”, opera con música de Luis Antonio escobar en 1961. En 1962 publicó su libro Si mañana despierto, señalado para algunos críticos literarios como Juan Gustavo Cobo Borda[11] uno de los más completos, pues aparte de los poemas incluye apartes del Diario.  En este mismo año viajó a París en el mes de abril y se devolvió a Colombia el 22 de junio en el avión de Air France, pero infortunadamente en el aterrizaje Point – à – Pitre, el avión se estrelló y murieron todos los pasajeros. Gaitán fue enterrado el 28 de junio en el Cementerio Municipal de Cúcuta.

Corta fue su vida pero inmarchitable es su obra, sus amigos más cercanos, le rindieron un homenaje después de su muerte, dentro de la que se destacan las palabras de  Eduardo Carranza: “Nos dejas en herencia tu hazaña, tu anhelo  y tu esperanza, y tu obra como el resto de un naufragio, tu poesía con la cual luchabas y sigues luchando contra la muerte y contra el tiempo. Por ella de verdad, no pudo vencerte la muerte”[12]. Estas palabras, a pesar de que fueron dichas hace tiempo aún tienen validez, en pleno siglo XXI, porque seres humanos como Jorge Gaitán Durán, marcan realmente la vida de las personas que por fortuna han leído su obra. Experimentar que está vivo, tal vez no físicamente, pero si están vivas sus palabras que logran cautivar y abrir un camino que lleve a la reflexión, y a reconocer los retos y desafíos que el mundo intelectual posee.







 Enlaces:













[1] GÓMEZ VALDERRAMA, Jorge. Jorge Gaitán Durán. Bogotá: Procultura, 1991, p. 2.
[2] Ibít., p 3.
[3] Disponible en internet: http:/ / escritoresdepoesiacolombiana.blogspot.com/ 2009 / 12 / los-cuadernicolas-periodizacion.html (Página consultada el 21 de agosto de 2010).
[4] Zalamea, Jorge, Literatura, política, arte, citado por COBO BORDA, Juan Gustavo. “Mito”. En: Historia de la poesía Colombiana, siglo XX. Bogotá: Villegas Editores S.A., 2003. p. 236.
[5] VALDERRAMA, Op.cit, p. 4.
[6] Ibít,p.5
[7] Ibít., p.5.
[8] COBO BORDA, Juan Gustavo. “Mito”. En: Historia de la poesía Colombiana, siglo XX. Bogotá: Villegas Editores S.A., 2003.p. 237.
[9] VALDERRAMA, Op.cit, P. 7
[10] Disponible en Internet: htto://www.lablaa.org/blaavirtual/publicacionesbaniep/boletín/boleti3/bol1/amantes.htm (Página consultada el 01 de junio de 2010)
[11] COBO BORDA, Juan Gustavo. “Mito”. En: Historia de la poesía Colombiana, siglo XX. Bogotá: Villegas Editores S.A., 2003, p.

[12] La voz de Jorge Gaitán Durán [grabación sonora]. Bogotá: Colección literaria emisora H.J.C.K., 1998.