jueves, 4 de octubre de 2012

DETRAS DE LAS VOCES




Cronica del oficio

No recuerdo en qué momento lo pregunté. Quizás inconsciente, pequeño desde los primeros días del sol en la ventana. Al lado del hombre de la gorrita, impregnada de todo el olor de pomarrosa, mientras sonaba el radio Casio apretujado de gomas negras. 

Sentados juntos, él en sus días de parsimonia en el mecedor y yo esperando algo o a alguien. Recuerdo que sonaba una música de ruidos como frotando platos, agudos que destajazan las vísceras que se suben a la garganta. De repente se agolpaban en el parlante unas voces como si dos personas estuvieran ahí metidas hablando sin más ni más, igual con el televisor y con los videojuegos. Eran aparatos que no entendía pero que cada día se hacían más cotidianos y familiares.

Años después, me di cuenta de que no solo escucharía voces extrañas por la radio, sino que mi voz y la de mis padres y amigos podía salir de la grabadora. Mamá me hacía estudiar así, leyendo frente a la grabadora. Ella también lo hacía y, en ocasiones, papá se animaba y nos divertíamos. Al principio no aceptaba que en una cinta marrón se grabaran cosas tan grandes como los sonidos, sin embargo, tuve que hacerlo, aún no me cabía en la cabeza. 

Algunos interrogantes se fueron despejando con los años, en teoría. Hoy apenas soy capaz de cuadrar algunas imágenes y algunos sonidos sin cuidado alguno, pero puedo decir que entiendo el audiovisual.  

Sin previo aviso, me encontré frente a frente con una cabina de grabación de radio. Una habitación cuadrada dividida en dos partes separadas con un vidrio limpio y grande. De un lado están los micrófonos y los locutores, de pie o sentados, riendo, preocupados o ansiosos; y del otro, está el responsable de que esas voces converjan en un ensamble de música, volúmenes, tiempos y secciones, el maestro de sonido.

Jairo Campillo, el experto de sonido de las Emisoras Uis. Entre los diversos oficios que yo podría conocer a través de una persona, este, fue uno de os que poco imaginaba. Verlo allí es inquietante, vercomo mueve palancas y botones mientras las personas le hablan a un micrófono. Cada vez que él hace un movimiento algo cambia en la grabación y la voz es entonces más nítida, menos chillona, más gruesa... tantos matices.

Aunque esto no es todo lo que él hace ya que, modestamente dirige casi trece programas de las emisoras UIS, es decir, él es una biblioteca de música, la persona que sabe en qué momento poner la canción adecuada, quién te puede ayudar a buscar esa letra que estabas esperando encontrar, Jairo no es solo quien está detras de las voces, sino el que más las escucha, quien las arregla, las maquilla, quien le da los efectos a todos los programas, y, así su voz no aparezca en ninguno de los programas, su sello está presente en todos los que edita.